Publican desde Google, en su último newsletter, -Official Google Webmaster Central Blog- una única entrada.
Lo titulan como «Las mejores prácticas para la revisión de productos libres que reciben de las empresas los bloggers» y hace referencia a que muchos bloggers reciben por parte de las empresas sus propios productos, a cambio de que realicen una mención en su web ya no solo mencionando el producto en sí, sino -Y LO QUE LE PREOCUPA a GOOGLE-, que ese blogger escriba un artículo hablando del producto y enlazándolo desde su blog.
A Google le preocupa sobre todo ese enlace; que no cree natural. Que cree forzado y por lo tanto, no cumple con las directrices para Webmaster.
De ser así, lo que recomiendan desde las oficinas del buscador es que añadamos la etiqueta «nofollow». Esa etiqueta indica que «No se seguirán los enlaces de esta página» o «No se seguirá este enlace concreto».
Los bloggers deberían utilizar la etiqueta nofollow en todos estos enlaces, nos dicen desde Google, ya que estos enlaces no se producen orgánicamente (es decir, no existirían los enlaces si la compañía no se hubiese ofrecido a proporcionar un bien o servicio gratis a cambio de un enlace).
Por su parte, Google indica: «las empresas o las empresas de marketing podrían recordar a los bloggers que usen la etiqueta «nofollow» en estos enlaces».
Esto pone de relieve la importancia que siguen teniendo a día de hoy los enlaces para lograr mejor posicionamiento. La verdad es que para muchos de nosotros que creamos contenido, llega a resultar inquietante realizar enlaces. Eres consciente de la importancia que tienen, incluso sabes que existe un complejo mercado, lógicamente, en el que se compran y venden enlaces.
Pero cuando enlazas a otra Web, la duda se instala y ya no sabes si acaso no terminará perjudicando sin querer.
Si ese enlace es a una web de otro segmento al tuyo, a la temática de tu Web, probablemente te pueda llegar a penalizar.
Google y todos los buscadores deberían evitar este tipo de estrategias para considerar que una Web se merece estar la primera en los resultados. De alguna manera, se premia a las Web que tienen a su alcance mayores medios, relegando posible buen contenido a Web que no tienen enlaces, simplemente por ese hecho.
Y esto ocurre por el uso exagerado, también comprensible, de la tecnlogía para analizar el contenido de las páginas Web.
Al final, no deja de ser un robot el que escanéa nuestras páginas. Las acciones manuales que de vez en cuando realizan desde las oficinas de Google solo se produce ante una situación excepcional.
Sin embargo, las tareas de posicionamiento las lleva a cabo un robot que lee código, pero que no sabe discernir lo que el cerebro y el entendimiento humano puede.